domingo, 25 de noviembre de 2012

Excursión El Llano - Cintas 25/11/12

Como siempre aquí están este grupo de benineros preparados para afrontar esta magnifica excursión.
Vista del pantano y de sus alrededores.
Otra vista de nuestras montañas se nota que ha llovido.
La Aljibe del Llano.
Empiezan a verse los rezagados.
Ya los tenemos aquí para reponer fuerzas.


Cuesta subir pero son fuertes
Vista del pantano y Cerro de las Viñas.


Vistas de otro ángulo para que veáis mejor  todo lo que nosotros hemos visto.



El agua del pantano ya llega al Rincón.
La bajada hacia Cintas.


Aquí figura los nombres de quienes hicieron la aljibe para tener agua en el Cementerio.
Los olivos de Benínar parecen macetas y están doblados de aceituna.
El Cejor  vista 1
Desde el desfiladero vista del Espolón del Cejor.

En esta foto me acorde de Miguel Marín que en mi infancia me comento como en ese saliente de forma triangular próximo al camino de bajada al Cejor, si una cabra subía no podía bajar y allí moría, por lo que cuidaba bastante que no se acercara la manada.
Cueva de las cabras, este nombre se lo doy yo, ya que es refugio para cabras salvajes por el olor y por los rastros que en ella se pueden ver.
La cueva hacia dentro,es difícil su acceso y peligrosa su llegada.
Desde dentro de la cueva: el Cejor y mi sobrino.

Otras cuevas también refugio de fauna salvaje.

Espero que estas fotografías os hagan disfrutar tanto como nosotros hemos hecho hoy.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Isabelica la de Carlota (1)


En recuerdo a su persona.

Estaba leyendo un libro y en un párrafo citaba lo siguiente: “Por mucho que queramos no podemos transgredir la regla de oro. Esta suprema ley universal de causa efecto y abarca a todos las demás verdades, cualquier cosa en la que pongamos energía, ya sea  un pensamiento, una palabra o un acto finalmente vuelve a nosotros como un bumerán”.

Mi tía puso trabajo, energía, cariño e ilusión.

Podría escribir un libro sobre ella, hoy solo voy a dedicar un par de vivencias muy personales.

Vivía en el barrio Hondillo, mi salud no era muy buena y con 8 años, mis padres estaban muy preocupados. Las visitas de D. Emilio eran frecuentes (un gran médico, de cual escribiré en otro momento). En una visita le acompañaba mi tía Isabel y lo que iba a hacer era extraerme una muestra de sangre para hacer una analítica. Lo primero que hicieron fue sentarme en el sillón de la barbería de mi padre, atarme de pies y brazos, lo que resultó ser una tarea bastante difícil y muy dura para mí. El médico intentó varias veces pinchar la vena pero entre sus temblores y mis gritos resultó misión imposible, mi tía le sugirió intentarlo ella y él no lo dudo, era la primera vez que lo hacia - seguro que a ella le dolió más que a mí, pero aún más el verme llorar - y con esa paciencia y las explicaciones que le daba D. Emilio acertó y extrajo la sangre  y de esta manera el doctor diagnosticó que era acetona.

A esta mujer, todos la recordarán andando por las calles con un bolsico en el que llevaba jeringas, agujas y medicamentos para atender a los enfermos a deshoras, así como atendiendo a las mujeres que iban a dar a luz, haciendo de comadrona.

En su faceta de comadrona, recuerdo un día cuando yo vivía en una casa en el Reduto - tenia 7 años -, serían las 10 de la noche, no sabia que pasaba pero se lo que me dijo mi tía: “Pepico vete a mi casa y que la prima Lola te fría un huevo y patatas”, para mí fue darme un gran premio, en aquellos años se valoraba más ese suculento manjar. Corrí hasta la casa de mi tía y se lo hice saber a mi tío Antonio y a mi prima Lola. Ellos sabían más y se pusieron a hacer la comida y a mí lo prometido, comimos  los tres.

Mi tío Antonio como mi prima se pusieron a jugar conmigo para entretenerme hasta que llego mi tía muy contenta y alegre. Me dijo: “Pepico ya tienes una hermanita”. Recuerdo que me abrazaron los tres  y nos fuimos a mi casa, donde estaba mi madre, mi padre y mi hermana María Angustias, a la que todos conocéis y a  la cual llevo en mi sangre y en mi corazón.

Como podéis leer son dos vivencias cuya protagonista es mi tía Isabel y sus sobrinos Pepe y Mª Angustias, los cuales desde aquí y mirando al cielo le mandamos un beso a ella, a mi tío Antonio y a mi prima Lola de parte de toda la familia maternal y paternal, pues se que todos la queremos, aunque yo sólo sea el que narra estas vivencias.

Familia de Isabel la de Carlota y Antonio el Nene y Lolica la de Isabel y Antonio.

Pepe el de Angustias. José Molina.